El Alfeñique
¿No me da mi Calaverita?
En estas fechas donde honramos a nuestros difuntos, y disfrutamos del folklor que estas fechas traen, no podemos dejar de lado el tradicional Alfeñique, palabra de origen árabe que alude a la pasta de azúcar cocida y estirada en barras muy delgadas y retorcidas.
Este frágil caramelo, en forma de calaca, fruta, o de algún animal que nos llevaron a comprar nuestros padres o la maestra del kínder a los puestos que se ubicaban en la plaza de la paz o en la plazuela de San Fernando, vagabundeando por Guanajuato nos encontramos con la Sra. Claudia Ramírez, y el pintor Luis Palacios quienes nos platican del tradicional Alfeñique hecho en Guanajuato.
La señora Claudia, quien desde hace aproximadamente 58 años junto con su esposo, el pintor Luis Palacios, elaboran un gran equipo de trabajo, para traer año con año sus caramelos artesanales a los guanajuatenses.
Desde pequeña Doña Claudia se apasiono por la elaboración del alfeñique, pues su tía se dedicaba a elaborar y vender este caramelo, es ahí donde nace su amor por desempeñar este trabajo.
Doña Claudia hace la base de azúcar glas y jugo de limón, moldea las piezas a elaborar como las calaveras, los burritos cargados de leña, y las tradicionales gallinas, mientras Don Luis se encarga de darles vida, al pintar los rostros y detalles de cada una de las piezas a pulso.
Es tanto su interés por rescatar esta tradición, que este matrimonio, ha sido reconocido por su trabajo en distintas partes de nuestro estado y del país, ya que concursan y exhiben sus piezas en festivales como: El Festival de la Muerte de la Ciudad de México, además de que sus piezas son reconocidas a nivel internacional, pues son adquiridas por museógrafos y personas que aprecian parte de la tradiciones mexicanas.
Uno de los principales sueños de esta familia, es poder tener El Museo del Alfeñique en nuestra capital, y seguir rescatando esta actividad, para que siga siendo una tradición orgullosamente guanajuatanese.