Julio Gomez Villanueva

Propiedad de la tierra, valor, escultura y dedicación.

 El hombre de barro

Julio Gómez Villanueva

Arcilla cocida y dura 
Alma de verdes collados

Luz y sangre de mis gentes
Sol de mis antepasados.

Si bien la minería fue una de las actividades económicas que despuntaron a Guanajuato como una potencia económica, destacando las propiedades y valores preciosos de este suelo, emerge la tierra delicada que no cualquier persona puede trabajar, La Alfarería.

Un difícil proceso que consiste en la separación de la arcilla, con agua y moldearla hasta formar la “pella” montada en el torno y comenzar la creación.

En la década de los 70´s se despunta como una de las principales actividades artísticas peculiares de los barrios de San Luisito, La Gualdra y San Clemente. Hombres que dedicaron su vida a esculpir fabulosas piezas de gran utilidad para el hogar o bien para su exposición artesanal.

El Maestro Julio Gómez inicia el oficio de alfarero a los 14 años inspirado por su padre Félix Gómez Ramírez,  con quien aprendió y trabajó durante 15 años consecutivos esta actividad, para posteriormente instruirse  en el oficio de ceramista, actividad que desarrolló durante 9 años y donde conoció a su esposa la Sra. Gloria Ramos Cornejo, quien laboraba como pintora detallista de cerámica.

Más de 500 piezas por semana, el maestro Julio Gómez conserva una de las actividades de mayor arraigo cultural en la Capital ya que por más de 30 años maneja el torno tradicional para la elaboración de sus artesanías.

Toda una vida dedicada a la elaboración de piezas de barro, y proveniente de una familia de artesanos,  el Mtro. Julio Gómez Villanueva y la alfarería son un ejemplo de la tradición artística en Guanajuato.

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